¡Hola de nuevo!
Hay una cosa que siempre le repito incesantemente al #iurisobri cuando viene a casa y saca la pila de juguetes que tiene preparados para sus estancias aquí: "mira bien dónde guardas tus juguetes y revisa que, en el lugar en el que los dejes, los puedas encontrar en perfecto estado para que puedas seguir jugando con ellos". Obviamente, cuando le digo esto al pequeño #iurisobri no es porque yo tenga pensado vender o romper ninguno de sus juguetes cuando él no está; lo que pretendo con esto es que entienda que las cosas hay que conservarlas bien (entre otras cosas, porque cuestan dinero que no sale de los árboles, como dice mi madre) y para inculcarle un cierto grado de responsabilidad con sus cosas. Esto que parece obvio, cuando somos mayores no siempre lo tenemos presente, y sobre todo cuando hablamos de datos personales. Tendemos a "independizarnos" de los consejos y órdenes de nuestros padres cuando entramos en la edad del pavo y, a veces, arrastramos esa rebeldía hasta bien mayorcitos, aunque en ese caso, más que por rebeldía, suele ser por comodidad o dejadez.
Ejemplos de esto nos encontramos cuando dejamos papeles con datos personales (facturas a clientes, contratos, hojas de encargo, currículums...) en sitios no adecuados (en la enmarañada mesa de la oficina o en algún almacén mugriento: no pongas esa cara, seguro que conoces algún caso de algún amigo o conocido que lo haga) o cuando contratamos un hosting o nos "subimos a la nube" sin mirar apenas las condiciones.

Siempre digo que creo que en la LOPD se usó el concepto de "Responsable" con una intención muy clara: incidir en la especial responsabilidad que conlleva cualquier tratamiento de datos personales. Yo lo veo una jugada maestra que pasa desapercibida para la mayoría de nosotros: tenemos la responsabilidad de ser responsables (valga la redundancia) si queremos tratar datos personales, y no hay más. Como esto de ser responsables lo vamos aprendiendo con el tiempo y no suele ser fácil, el legislador nos dio unos pequeños puntos para ir entrando en vereda, y lo llamó "Reglamento de la LOPD". Ya sabemos que nadie nace sabiendo, y menos en aquello que llaman "madurar". A estas alturas de la película y a pesar de tener una guía obligatoria para llegar a ser un buen Responsable, seguimos muchas veces olvidándonos de la guía, lo que implica, además de que estamos fuera de la Ley, que nos exponemos a riesgos innecesarios que pueden dar al traste con nuestra idea de negocio. Pero es que además, creo que la elección del legislador de la palabra "Responsable" va en otro sentido también: en ser responsable de asumir las consecuencias de no ser responsable (valga la redundancia, de nuevo). Si no somos lo suficientemente responsables para cuidar nuestras cosas (o las cosas de otros que custodiamos), vendrá la segunda parte de la responsabilidad, que será pagar la multa.

Para terminar el post, te lanzo una pregunta: ¿crees que eres Responsable de primera vertiente o crees que estás ganando puntos para ser Responsable de segunda vertiente?
Que pases una estupenda semana y muchísimas gracias por pasar por este rincón de la red de redes. ;-)
¡Hasta la pŕoxima!
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